sábado, 6 de abril de 2013

Lamentos de un violín quebrado.

Qué decirte que no sepas,
Si ya sabes desde hace tiempo que no toco.
Que tengo las emociones anudadas en mi garganta
Y vuelan como alteraciones escapando de mis vértices.
Soy un violín desafinado,
A un golpe de que se me parta el alma
Con las cuerdas tensadas al punto de rotura.
Que estoy como la sensible en esta escala que ya no tocaremos,
Perdida sin tus dedos rasgando las cuerdas de mi espalda.
Que es tu boca la que sabe como se toca,
Y tus susurros los encargados de guiar esa sinfonía de dos
Que sola me es tan complicado
Y claro... Es para dos.
Y es que soy un violín desafinado,
A un golpe de que se me parta el alma.
Sin partituras ni arco para enfrentarme
Al mundo que llegamos.
Que ya no recuerdo la última vez que resonó,
En esta misma habitación, la última nota
Ahora es el eco de pasos rotos los que la llenan.
Que mi madera se acostumbró al tacto de tus dedos,
A sacar los mejor de mi con solo una sonrisa
Y... Es que soy un violín desafinado
Y ese último golpe fué, el que me partió el alma.