martes, 18 de noviembre de 2014

¡Feliz Noviembre! Para ti.

Tú, 
¡Feliz Noviembre!
Baja un rato de tus tejados
y déjame las orejas morderte.

Baja a jugar con Peter y los niños
regalando años para no crecer más 
para poder volver a esa segunda estrella. 
De aquí a Nunca Jamás.

Baja a domesticar al lobo
que Caperucita nunca supo
y enséñale a caminar en las sombras
aullando a la luna desde los suburbios.

Tú,
que recorriste mil laberintos
esta vez tras tus sueños y no tras el tiempo,
sin importar que las sombras te siguieran
intentando pararte y dejarte dentro.

Tú, 
que te enamoraste de payasos locos,
de drogadictos reformados,
de un "Ey baby, I'm a Rocknrolla

Tú,
que preferiste calentadores en invierno,
ombligos al aire en verano,
botas de lluvia en otoño
y sonrisa, todo el año.

Tú,
que escribiste mil historias,
reescribiste otras tantas
 dejándolas en tu madriguera
con cuatro mil ventanas.

Tú, 
que soplaste a las velas de mi vida
cuando parecía que las olas me llevaban hacia abajo
y que aun hoy, me acurrucas noche y día.

Tú,
que me enseñaste a cambiar el cuento
a empezar por el final y ser felices ahora.
a descubrir que no está mal
no ser tan cuerdo.

Baja, gata, que quiero verte.
Porque si no bajas,
pienso trepar por las enredaderas de tu risa
para regalarte la luna, que esta noche
no hay prisa.


Otro año más, un día como hoy, vuelvo aquí para escribirte.
Esperando que sea un hábito que perdure, muchos años.
¡Feliz cumpleaños, preciosa!

martes, 11 de noviembre de 2014

Prometo. A ti, por ti y para ti.

Me pregunto quién sería el primero en darse cuenta, de que la felicidad, se expresa peor.
Me pregunto, quién fue el primero en echarle un par de huevos y escribir sobre la sonrisa tan bonita que tienes. O el valiente que reflejó como un pensamiento en un papel, el brillo que tienen tus ojos cuando (me) miras. O aquel, que apostó a la luna por la paz que acaricia tu cara cada noche, esa paz que me llena de vida cuando lo haces conmigo. Y así puedo preguntarme todos y cada uno de esos versos en los que te reflejaste cuando yo aún no miraba. 

Me pregunto si algún día seré yo capaz de demostrar con palabras todos los sentimientos que por ti, juegan al escondite en cada uno de los rincones de mi cuerpo.
Si seré capaz de saltar la ventana, corriendo por los tejados, protegiendo tu sueño de los males que puedan perturbarlo.

Si seré capaz de describir como se forman esas pequeñas arruguitas que acompañan a tu sonrisa, esas que iluminan el mundo cuando estás cerca; o esa forma tuya de arrugar el ceño cuando te concentras en tus problemas "matemáticos"; o ese remolino del flequillo que siempre juega a desobedecer el orden. O quizás, el sentimiento de seguridad que tus brazos me aportan, y ese no se qué, que hacen que las pesadillas se vayan bailando a otra parte.

A veces, me pregunto demasiadas cosas. A veces, no me pregunto nada. A veces, solo necesito escucharte. Otras, perderme en ti por una noche. A veces... Nada. No sé ni como expresarme, y por eso te odio un poco, porque desde que soy establemente feliz he desaprendido a escribir. Porque me centré en perfeccionar el dolor, que siempre es más fácil sacarlo, y cuando las palabras se atragantan en un nudo y lo vomitas, no queda distinto de como te sientes. 

Por todo, te prometo, que por ti aprenderé a escribir estando feliz. Porque, eres demasiado bonito para no escribir sobre ti, y porque por ahora, no quiero escribir sobre ti cuando vuelva a estar triste. 

Porque quiero ser valiente, porque te quiero, a ti. Porque yo, quisiera ser, la que aleje a los malos de ti. Gracias.