lunes, 21 de abril de 2014

Tú. Mi mejor versión.

Apareciste como la bruma invade el puerto,
casi sin hacer ruido, sin darme cuenta
envolviendo cada rincón que acabaría siendo eterno.

Floreciste entre mis notas con un olor nuevo
perfumando mi grisácea vida
haciendo que el color y las ganas brotaran incluso en enero.

Hiciste que tararease nuevas melodías,
que volvieran a surgir de mi las palabras
y a inundar con ellas todo aquello que veía.

Retorciste mis ganas
mientras, yo 
esperaba que fuera mi falda

Devoraste los rincones de mi mente,
desempolvaste mi alma
acorralaste los monstruos de enfrente.

Quemaste mis miedos
creaste nuevos
me diste alas para volar.

Juraste, y te quedaste.
Peleaste, lloraste, disfrutaste...
Compartiste.

Me enseñaste a dormir por las noches
ya fuera entre tus brazos
o abrazada por tus recuerdos.

También, 
a hacer sentir con las palabras
a saltar las barreras de la distancia
y a acariciarte si quería con solo pensarte.

 Dejaste de ser casa,
 pasaste a ser refugio
 te convertiste en hogar.

Bailé canciones nuevas
tararee aun miles más,
y sonreí todo el tiempo.

Por todo y más
por ser mi mejor versión,
mi mejor amigo. 
Felicidades.
Y que cumplas muchos más... Conmigo.

viernes, 18 de abril de 2014

Tristeza del sol. Sin ti.

El sol está triste decían,
me lo ha confirmado hoy
cuando asomando en mi ventana amanecía.

Triste,
 entre las nubes se escondía
intentando encontrar
alguna bella sonrisa.

Triste,
porque tus pestañas juegan con la brisa de tus apuntes,
tus dedos con el lomo peludo del gato
y tus sueños con puestas de verano en la playa.

Triste,
porque no pueden sus rayos jugar con tu pelo,
acariciar tu mejilla 
o broncear la piel de tus brazos.

Triste,
porque ya no recuerda tus ojos tristes
transformados en el arcoiris
cuando no recuerda su color.

Triste,
porque ya no subes a los tejados,
ni te dejas bañar la piel con su luz
sin miedo a caer en el abismo.

Triste,
por volver a suspirar por tí
y que tú no le hagas caso.