lunes, 2 de febrero de 2015

A veces.



Sales de mi pecho como las margaritas en el campo,
y te miro sonriendo, 
y me miras bostezando.

Te meces con el viento
me calmas sin esfuerzo
y dejamos que las mariposas del recuerdo revoloteen por toda la habitación.

Tu voz se entrecorta
mi pulso se dispara
pero nos quedamos quietos, como si nada.

Revuelves tus papeles
yo abrocho las ganas
y nos perdemos entre la gente como el humo de las casas que se apagan para siempre.

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